Por fin terminé de ver la 2º temporada de Ángel. Tenía mucha curiosidad de verla dados los comentarios positivos que había oído, poniéndola como lo mejor que se había hecho en el buffyverso. Y la verdad que como temporada en su conjunto no me ha dado esa sensación (ese honor por ahora lo tiene la 5º Temporada de Buffy Cazavampiros), pero lo que si es verdad es que esta 2º Temporada de Ángel tiene unos cuantos episodios que si se pueden considerar como de lo mejorcito que se puede encontrar en este particular universo de fantasía salido de la “enferma” mente de Joss Whedon.
El tema de la temporada es claro, la caída y el resurgimiento del héroe protagonista de la serie, Ángel.
Hasta ahora solo habíamos vislumbrado su lado oscuro por medio de Ángelus, su versión sin alma, en donde solo queda el cruel vampiro, pero ahora vamos a descubrir que incluso un ser con alma puede llegar a caer.
Es muy acertada la represtación que tiene Ángel en el primer episodio como el héroe de brillante armadura en defensa de la damisela en apuros para luego ponerlo en contraposición con su evolución en la temporada al comprobar que sus actos no son suficientes y que sus logros no consiguen cambiar el equilibrio de la balanza perdiéndolo todo por el camino. Su cambio de actitud episodio tras episodio hundiéndolo más y más hasta alejarlo completamente de ese prototipo de caballero que interpretaba en el primer episodio.
Ángel hace lo que cree que es necesario, aunque duela y tenga que dar la espalda a las pocas cosas buenas que le quedan en su mundo. Si ya con Buffy tuvo que renunciar al amor, ahora Ángel renuncia a la amistad, a su misión, en pos de perseguir una obsesión de su pasado que ha vuelto para cobrar cuentas.
Todo hasta llegar a ese gran momento que es “Reprise”, donde Ángel toca definitivamente fondo. Donde pierde toda razón para continuar, porque realmente nunca importo, es una batalla perdida de antemano que nunca podrá ganar, ¿para que luchar más?. Y es que si mientras en la quinta temporada de Buffy nos dicen que “lo más difícil de este mundo es vivir en él”, en Ángel nos dan otra característica, “el mundo es el infierno”, y es curioso que Ángel que lleva varios siglos viviendo el él, hasta ahora no se haya dado cuenta.
El final de “Reprise” con Ángel abandonándose totalmente y sabiendo las consecuencias que tendrá que pagar por ello es sin duda alguna uno de los mejores momentos que nos ha dado la serie.
Pero una vez que se ha caído, toca alzarse, levantarse de nuevo y el primer paso para ello llega con “Epiphany”, otro gran episodio en donde Ángel vuelve a empezar a recuperar lo perdido, pero ahora con una nueva visión, una nueva actitud hacia la vida.
Y que decir de los secundarios, uno de los puntos fuerte de las series de Joss Whedon, incluso me atrevo a decir que estos son una parte importante de sus series y que sin ellos estas no serían las mismas.
Si echamos un vistazo al pasado podemos comprobar que estos han evolucionado, Cordelia ya no es la chica sin sesos egoísta que conocimos en Buffy, ni Wesley ese vigilante atolondrado. Han madurado.
Aparte de las nuevas incorporaciones, ese Gunn que conocimos al final de la 1º temporada y que ya es uno más de la “merry men band” de Ángel junto con el gran descubrimiento de esta 2º temporada, el cantarín Lorne, que hace suyos alguno de los momentos más divertidos de la temporada. Él y su local de karaoke, “Caritas” son una de las mejores aportaciones de la serie. Ya no podré volver a escuchar el Mandy de Barry Manilow tras oír la particular versión que hace de ella David Boreanaz.
Es sorprende también la forma en que el drama y la comedia se van alternando en la serie, pasando de la lágrima a la carcajada con la más pasmosa facilidad.
Como bien se dice, las series de Buffy y Ángel no dejan de ser un tebeo de superhéroes traspasado al género televisivo, y al igual que en los superhéroes estos hacen suyos con la mayor facilidad cualquier genero, desde la aventura o el terror, pasando por el western, la comedia o el romance; en las serie de Joss Whedon ocurre lo mismo y como clara muestra, el broche final de esta temporada, donde por arte y gracia de los guionistas Ángel y compañía se ven envueltos en una historia de espada y brujería con todos los elementos que caracterizan estas historias plagadas de princesas, pueblos oprimidos y los crueles gobernantes que los tiranizan.
Uno termina de ver la temporada y ya tiene ganas de ver la siguiente. De ver como los argumentos secundarios que han sido plantados en esta temporada germinan en la siguiente y como afectan a la vida de los protagonistas de la serie. Este sin duda es uno de los mejores halagos que se le puede hacer a la serie, que sea capaz de mantener al espectador pegado al asiento con ganas de más, al igual que el factor sorpresa que acompaña a la serie y que te hace morderte las uñas sin saber por donde van a salir los guionistas ahora.
Maldito seas Joss Whedon, me tienes totalmente enganchado.
El tema de la temporada es claro, la caída y el resurgimiento del héroe protagonista de la serie, Ángel.
Hasta ahora solo habíamos vislumbrado su lado oscuro por medio de Ángelus, su versión sin alma, en donde solo queda el cruel vampiro, pero ahora vamos a descubrir que incluso un ser con alma puede llegar a caer.
Es muy acertada la represtación que tiene Ángel en el primer episodio como el héroe de brillante armadura en defensa de la damisela en apuros para luego ponerlo en contraposición con su evolución en la temporada al comprobar que sus actos no son suficientes y que sus logros no consiguen cambiar el equilibrio de la balanza perdiéndolo todo por el camino. Su cambio de actitud episodio tras episodio hundiéndolo más y más hasta alejarlo completamente de ese prototipo de caballero que interpretaba en el primer episodio.
Ángel hace lo que cree que es necesario, aunque duela y tenga que dar la espalda a las pocas cosas buenas que le quedan en su mundo. Si ya con Buffy tuvo que renunciar al amor, ahora Ángel renuncia a la amistad, a su misión, en pos de perseguir una obsesión de su pasado que ha vuelto para cobrar cuentas.
Todo hasta llegar a ese gran momento que es “Reprise”, donde Ángel toca definitivamente fondo. Donde pierde toda razón para continuar, porque realmente nunca importo, es una batalla perdida de antemano que nunca podrá ganar, ¿para que luchar más?. Y es que si mientras en la quinta temporada de Buffy nos dicen que “lo más difícil de este mundo es vivir en él”, en Ángel nos dan otra característica, “el mundo es el infierno”, y es curioso que Ángel que lleva varios siglos viviendo el él, hasta ahora no se haya dado cuenta.
El final de “Reprise” con Ángel abandonándose totalmente y sabiendo las consecuencias que tendrá que pagar por ello es sin duda alguna uno de los mejores momentos que nos ha dado la serie.
Pero una vez que se ha caído, toca alzarse, levantarse de nuevo y el primer paso para ello llega con “Epiphany”, otro gran episodio en donde Ángel vuelve a empezar a recuperar lo perdido, pero ahora con una nueva visión, una nueva actitud hacia la vida.
Y que decir de los secundarios, uno de los puntos fuerte de las series de Joss Whedon, incluso me atrevo a decir que estos son una parte importante de sus series y que sin ellos estas no serían las mismas.
Si echamos un vistazo al pasado podemos comprobar que estos han evolucionado, Cordelia ya no es la chica sin sesos egoísta que conocimos en Buffy, ni Wesley ese vigilante atolondrado. Han madurado.
Aparte de las nuevas incorporaciones, ese Gunn que conocimos al final de la 1º temporada y que ya es uno más de la “merry men band” de Ángel junto con el gran descubrimiento de esta 2º temporada, el cantarín Lorne, que hace suyos alguno de los momentos más divertidos de la temporada. Él y su local de karaoke, “Caritas” son una de las mejores aportaciones de la serie. Ya no podré volver a escuchar el Mandy de Barry Manilow tras oír la particular versión que hace de ella David Boreanaz.
Es sorprende también la forma en que el drama y la comedia se van alternando en la serie, pasando de la lágrima a la carcajada con la más pasmosa facilidad.
Como bien se dice, las series de Buffy y Ángel no dejan de ser un tebeo de superhéroes traspasado al género televisivo, y al igual que en los superhéroes estos hacen suyos con la mayor facilidad cualquier genero, desde la aventura o el terror, pasando por el western, la comedia o el romance; en las serie de Joss Whedon ocurre lo mismo y como clara muestra, el broche final de esta temporada, donde por arte y gracia de los guionistas Ángel y compañía se ven envueltos en una historia de espada y brujería con todos los elementos que caracterizan estas historias plagadas de princesas, pueblos oprimidos y los crueles gobernantes que los tiranizan.
Uno termina de ver la temporada y ya tiene ganas de ver la siguiente. De ver como los argumentos secundarios que han sido plantados en esta temporada germinan en la siguiente y como afectan a la vida de los protagonistas de la serie. Este sin duda es uno de los mejores halagos que se le puede hacer a la serie, que sea capaz de mantener al espectador pegado al asiento con ganas de más, al igual que el factor sorpresa que acompaña a la serie y que te hace morderte las uñas sin saber por donde van a salir los guionistas ahora.
Maldito seas Joss Whedon, me tienes totalmente enganchado.
4 comentarios:
El episodio redefinición, ¿no te recuerda a "Born Again"?
Si, aunque el proceso no es el mismo, el resultado si.
Y también me da la sensación que Ángel al final lo busca mientras que Daredevil es actor involuntario del proceso.
Perdón, frikis, una pregunta a los expertos....En vuestra docta opinión, ¿cual es mejor? ¿Buffy o Ángel?
La verdad que son tan parecidas, personajes y escenarios aparte, que casi ni merece la pena hacer diferencias de una y otra serie.
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