Esta mañana me pasé por mi librería habitual, no suelo hacerlo los sábados pero como ayer fue fiesta por Pucela y tenía mono de comprarme algo me di una vueltecilla. El viaje no fue en balde porque tenían el material del Previews de la semana y entre las cosas que había pedido estaba el último número de Fallen Angel.
Una de las cosas que más odio como lector de tebeos y más cuando se trata de mis series favoritas es ese cartelito que aparece en las portadas anunciando que es el último número, tal cual, “Last Issue”, “Final Issue”, “Último Número”, recuerdo que Fórum creo una tipografía especial “Último Número” como si fuera la estampación de un sello que llegué a odiar especialmente porque a mediados de los noventa no hacía más que aparecer en las series que leía y que iban cayendo una por una para mi sorpresa.
La cuestión es que da igual como lo anuncien, es un recordatorio para el lector de la colección que sienta como una patada en las partes de que la serie no ha vendido y se cierra, no importa lo mucho que te gustase y la sensación que te producía el terminar de leer un número con ganas ya de leer el siguiente.
Y precisamente ha sido esa sensación la que he sentido al leer este “último número” de Fallen Angel, que pasase ya el mes para leer la siguiente entrega, saber que va a ocurrir ahora en la vida de Lee, del Dr Juris y los demás personajes de Bette Noire, pero el mes que viene ya no habrá nuevo número, se cierra el chiringuito, se acabó lo que se daba. Fin. Y ese es el problema que no es un “fin” natural buscado por el autor que quiere terminar la historia, es un “fin” impuesto por circunstancias ajenas a su voluntad, ya sean las ventas o injerencias editoriales, la consecuencia es que se deja la obra a medias, un pudo ser pero no fue.
Quizás Fallen Angel y muchas otra series que fueron canceladas prematuramente vuelvan algún día para deleite de sus seguidores. Por eso me quedo con la última frase de Lee “Tenemos todo el tiempo del mundo”.
Una de las cosas que más odio como lector de tebeos y más cuando se trata de mis series favoritas es ese cartelito que aparece en las portadas anunciando que es el último número, tal cual, “Last Issue”, “Final Issue”, “Último Número”, recuerdo que Fórum creo una tipografía especial “Último Número” como si fuera la estampación de un sello que llegué a odiar especialmente porque a mediados de los noventa no hacía más que aparecer en las series que leía y que iban cayendo una por una para mi sorpresa.
La cuestión es que da igual como lo anuncien, es un recordatorio para el lector de la colección que sienta como una patada en las partes de que la serie no ha vendido y se cierra, no importa lo mucho que te gustase y la sensación que te producía el terminar de leer un número con ganas ya de leer el siguiente.
Y precisamente ha sido esa sensación la que he sentido al leer este “último número” de Fallen Angel, que pasase ya el mes para leer la siguiente entrega, saber que va a ocurrir ahora en la vida de Lee, del Dr Juris y los demás personajes de Bette Noire, pero el mes que viene ya no habrá nuevo número, se cierra el chiringuito, se acabó lo que se daba. Fin. Y ese es el problema que no es un “fin” natural buscado por el autor que quiere terminar la historia, es un “fin” impuesto por circunstancias ajenas a su voluntad, ya sean las ventas o injerencias editoriales, la consecuencia es que se deja la obra a medias, un pudo ser pero no fue.
Quizás Fallen Angel y muchas otra series que fueron canceladas prematuramente vuelvan algún día para deleite de sus seguidores. Por eso me quedo con la última frase de Lee “Tenemos todo el tiempo del mundo”.
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