Hoy voy a hacer una confesión. Ya son muchos años y es la hora de salir del armario.
Soy una víctima de John Byrne.
Todo empezó cuando era un crío. Por entonces a la hora de leer tebeos no me importaba nada quienes eran los autores. Solo me guiaba por los personajes y las series que me gustaban. Pero había números que me gustaban más que otros. Con el paso del tiempo me di cuenta lo que diferenciaba esos números en concreto de otros. El dibujantes era John Byrne.
No podría asegurar cual fue el primer trabajo que vi de él. Podrían haber sido sus números del Capitán América o de los 4 Fantásticos, quizás incluso fuera de los Vengadores, realmente no me acuerdo. Pero lo que si que se, es que Byrne fue el primer dibujante al que seguí incluso cuando iba a series que incluso a priori no me interesaban, como pudo ser Hulka o Namor. Me había convertido en lo que el propio Byrne llamaba una de sus “victimas”, una legión de seguidores que cuando dejaba una serie para irse a otra le seguía en masa.
Con el tiempo fui recuperando sus obras pasadas, esa obra maestra que es su Patrulla-X con Claremont, los extraños Alpha Flight, su Marvel Team-Up y así con sus demás trabajos.
Sobre todo me gusta su trabajo cuando todavía era un autor primerizo entre la segunda mitad de los 70 y la primera mitad de los 80 incluso más que sus trabajos siguientes en donde su trazo era quizás más seguro y ya tiene un estilo más depurado.
Pasaron los años y seguía siendo un gran fan de John Byrne, pero quizás desarrolle el gusto crítico con el tiempo y me di cuenta que con el transcurrir de los años, su trabajo como dibujante iba dejando mucho que desear, su trazo era muy dejado, como si estuviese acabado con prisas. Casi parecía que el autor estuviese desganado. John Byrne había dejado de ser esa especie de dios con un lápiz que era para mi. Aun así tenía algo que apelaba a mi gusto y seguía comprando sus cosas.
De esta manera me he llegado a tragar auténticos bodrios infumables, su Spiderman Capitulo Uno, su Amazing Spider-man con Howard Mackie (doble ¡¡puagh!!!), sus Lab Rats, obras que si tuviese un mínimo de sentido común debería echarlas a una hoguera en busca de paz espiritual, porque ya tiene delito. Hay una leyenda urbana que dice que John Byrne murió pero que su cuerpo físico sigue animado y continua dibujando. Otra teoría afirma que fue abducido por los Skrulls y uno de ellos tomo su forma y entrega los trabajos con la firma de Byrne.
De manera enfermiza, pese a que se que este ya no es el Byrne que me maravillo en mi infancia yo sigo tropezando en la misma piedra y sigo comprando sus trabajos con la esperanza de que el Fénix renazca de sus cenizas y que me vuelva a encontrar con el viejo “gran” John Byrne, y en ocasiones parece que si, y me da trabajos que parecen indicar ese renacimiento, como el primer Superman & Batman: Generations, pero son pequeños oasis en su obra actual volviendo siempre a su línea desganada.
Soy un enfermo, lo reconozco, se cual es mi problema pero yo sigo cayendo una y otra vez. Que Byrne anuncia una serie nueva, yo me digo que no pico esta vez, luego me lo pienso y me engaño diciendo que solo probaré los primeros números y al final me estoy haciendo la serie completa –al menos como las ventas ya no le acompañan le cierran las series enseguida- aguantando mes tras mes ese calvario que es comparar sus trabajos antiguos con los modernos.
Y ahora anuncian su nueva etapa como dibujante de Action Comics y me la voy a comprar.
¡Socorro! ¡Qué alguien me pare! ¡Soy una víctima de John Byrne!
El autor de este texto acaba de leer hace un momento el número 1 de la nueva serie de John Byrne “Blood of Demon” e increíblemente le ha gustado mucho, lo cual es un auténtico milagro porque hacía tiempo que no pasaba eso. El muy iluso se piensa que esta vez es la definitiva y que John Byrne volverá a ser quien era. Pero todos sabemos que se equivoca o ¿quizás si que sea este el renacer definitivo de Byrne?
Soy una víctima de John Byrne.
Todo empezó cuando era un crío. Por entonces a la hora de leer tebeos no me importaba nada quienes eran los autores. Solo me guiaba por los personajes y las series que me gustaban. Pero había números que me gustaban más que otros. Con el paso del tiempo me di cuenta lo que diferenciaba esos números en concreto de otros. El dibujantes era John Byrne.
No podría asegurar cual fue el primer trabajo que vi de él. Podrían haber sido sus números del Capitán América o de los 4 Fantásticos, quizás incluso fuera de los Vengadores, realmente no me acuerdo. Pero lo que si que se, es que Byrne fue el primer dibujante al que seguí incluso cuando iba a series que incluso a priori no me interesaban, como pudo ser Hulka o Namor. Me había convertido en lo que el propio Byrne llamaba una de sus “victimas”, una legión de seguidores que cuando dejaba una serie para irse a otra le seguía en masa.
Con el tiempo fui recuperando sus obras pasadas, esa obra maestra que es su Patrulla-X con Claremont, los extraños Alpha Flight, su Marvel Team-Up y así con sus demás trabajos.
Sobre todo me gusta su trabajo cuando todavía era un autor primerizo entre la segunda mitad de los 70 y la primera mitad de los 80 incluso más que sus trabajos siguientes en donde su trazo era quizás más seguro y ya tiene un estilo más depurado.
Pasaron los años y seguía siendo un gran fan de John Byrne, pero quizás desarrolle el gusto crítico con el tiempo y me di cuenta que con el transcurrir de los años, su trabajo como dibujante iba dejando mucho que desear, su trazo era muy dejado, como si estuviese acabado con prisas. Casi parecía que el autor estuviese desganado. John Byrne había dejado de ser esa especie de dios con un lápiz que era para mi. Aun así tenía algo que apelaba a mi gusto y seguía comprando sus cosas.
De esta manera me he llegado a tragar auténticos bodrios infumables, su Spiderman Capitulo Uno, su Amazing Spider-man con Howard Mackie (doble ¡¡puagh!!!), sus Lab Rats, obras que si tuviese un mínimo de sentido común debería echarlas a una hoguera en busca de paz espiritual, porque ya tiene delito. Hay una leyenda urbana que dice que John Byrne murió pero que su cuerpo físico sigue animado y continua dibujando. Otra teoría afirma que fue abducido por los Skrulls y uno de ellos tomo su forma y entrega los trabajos con la firma de Byrne.
De manera enfermiza, pese a que se que este ya no es el Byrne que me maravillo en mi infancia yo sigo tropezando en la misma piedra y sigo comprando sus trabajos con la esperanza de que el Fénix renazca de sus cenizas y que me vuelva a encontrar con el viejo “gran” John Byrne, y en ocasiones parece que si, y me da trabajos que parecen indicar ese renacimiento, como el primer Superman & Batman: Generations, pero son pequeños oasis en su obra actual volviendo siempre a su línea desganada.
Soy un enfermo, lo reconozco, se cual es mi problema pero yo sigo cayendo una y otra vez. Que Byrne anuncia una serie nueva, yo me digo que no pico esta vez, luego me lo pienso y me engaño diciendo que solo probaré los primeros números y al final me estoy haciendo la serie completa –al menos como las ventas ya no le acompañan le cierran las series enseguida- aguantando mes tras mes ese calvario que es comparar sus trabajos antiguos con los modernos.
Y ahora anuncian su nueva etapa como dibujante de Action Comics y me la voy a comprar.
¡Socorro! ¡Qué alguien me pare! ¡Soy una víctima de John Byrne!
El autor de este texto acaba de leer hace un momento el número 1 de la nueva serie de John Byrne “Blood of Demon” e increíblemente le ha gustado mucho, lo cual es un auténtico milagro porque hacía tiempo que no pasaba eso. El muy iluso se piensa que esta vez es la definitiva y que John Byrne volverá a ser quien era. Pero todos sabemos que se equivoca o ¿quizás si que sea este el renacer definitivo de Byrne?
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